La imagen icónica de la casa hobbit que parecía ser una parte real de la tierra está grabada en nuestros cerebros desde que la película nos ayudó a visualizarla tan vívidamente. Por supuesto, la idea de una casa hobbit e incluso sus representaciones reales han existido mucho antes. Un ejemplo perfecto es una casa subterránea orgánica diseñada por el arquitecto Javier Senosiain y terminada en 1984.
El diseño y el concepto todavía se ven futuristas y fantásticos incluso hoy. La casa está ubicada en Naucalpan de Juárez, en México y tiene una estructura inspirada en el maní en el sentido de que está organizada en dos vainas, dos volúmenes ovales conectados por un estrecho túnel.
Esta casa hobbit única y atemporal está casi completamente incrustada en la tierra y, para que eso sea posible, los arquitectos comenzaron el proyecto dando forma al sitio y haciéndolo parecer casi una pista de patineta cubierta de hierba. Debajo de todo hay un esqueleto metálico con hormigón vertido sobre él y una capa de poliuretano en la parte superior para aislamiento e impermeabilización. La tierra y el pasto lo cubren todo, convirtiendo el área en un hermoso jardín de colores vivos. La casa está incrustada a la perfección en la pendiente con ventanas que se asoman.