Es tan agradable ver una transformación inteligente que cuando la ves lo único que quieres es disfrutar de todos los detalles. En esta ocasión el cambio se refiere a una vivienda con una concepción clásica, la de la orientación Norte-Sur que permite que la luz natural entre en todos los rincones del lugar sin límites. La “comunicación” visual entre los espacios da como resultado una claridad natural que impresiona hasta al ojo más crítico; todo el ambiente es familiar y lleno de luz y esto habla por sí solo.
El resultado es obra de la arquitecta Cristina Manene y de Joaquín Ramos Fabra que vieron la casa como un todo donde los ambientes se completan en una encantadora armonía. El salón, la cocina, el living y el office crean una agradable continuidad, gracias al uso de los mismos colores y de los detalles colocados estratégicamente para lograr esa unidad. El juego entre los objetos decorativos que se pueden observar da la impresión de estar en el mismo lugar.
Todo este universo revela un ambiente familiar, cálido y acogedor en su blancura con toques de color de un lugar a otro, que contribuyen a la sensación acogedora que se respira en cada rincón. Todo respira sencillez y elegancia, buen gusto y un toque personal atractivo y reconfortante a la vez. Nada se compara con un lugar que te gusta y donde te sientes a gusto y esta casa definitivamente se puede incluir en esta categoría. {Encontrada en micasarevista }.